Por: Aracely DÍAZ
La noche de este Viernes Santo, jóvenes de pastoral social de la parroquia Nuestra Señora de Loreto, participaron en la Procesión del Silencio que reunió a cientos de espectadores y creyentes que salieron de sus casas con el fin de presenciar el recorrido de la marcha silenciosa llena de simbolismos, fe y devoción.
A este silencio se sumó la comunidad católica para expresar su solidaridad a María ante el dolor que sufrió al perder a su Hijo crucificado.
Al frente, la banda de guerra abría paso a la procesión, que encabezaron encapuchados portando antorchas que contrastaron en la obscuridad de algunas calles para dar mayor realce al acontecimiento. Los jóvenes tomados de la mano formaron una valla viviente que se desplazó al ritmo de la marcha, impidiendo que personas ajenas, se cruzaran y obstruyeran el avance.
La imagen de Cristo cargando la cruz, Cristo flagelado, Cristo condenado a muerte, cargada en hombros por los jóvenes, cautivó la mirada de las familias que salieron de sus casas y se concentraron en las calles por donde pasó la procesión que terminó al interior del templo parroquial, donde se llevó a cabo el rezo del rosario, mientras la gente adoraba la imagen tendida del cuerpo inerte de Jesús, recién bajado de la cruz.
Durante la procesión las calles quedaron en silencio absoluto, la señal de respeto y luto por Cristo, cuya imagen cargan los cofrades en los hombros durante toda la travesía que comenzó en la capilla del Sr. San José de la colonia Cardenista.
Portando velas y teas, que simbolizan la conexión con la resurrección de Cristo, los cofrades mostraron símbolos que tienen que ver con el vestuario y que asocian con la penitencia para el perdón de los pecados.